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CAROLYN MARKS BLACKWOOD.
THE STORY SERIES

Traveling exhibition

CAROLYN MARKS BLACKWOOD.
THE STORY SERIES

Blackwood was born in Anchorage, Alaska, in 1961; her family soon moved to New York. She graduated in art from Livingston College (Rutgers University, New Jersey). She worked as a singer, composer, scriptwriter and film producer before devoting herself to photography. In 2006 she was invited to participate in a group show at the Morton Library in Rhinebeck and her images of the Hudson River attracted curator Barbara Rose, who in 2007 included her in The Magic Hour (Paul Rodgers/9W Gallery, New York).

From: 13.11.2019

To: 30.06.2021

Tuesday to Saturday: 11 AM to 2 PM and 5 PM to 8 PM Sunday and holidays from 11 AM to 2 PM Monday: Closed

Centro de Arte Moderno y Contemporáneo de Castilla-La Mancha.
(Toledo) Crucero superior de Santa Cruz

The Story Series” reúne 48 paisajes de gran formato a modo de fotogramas de otras tantas películas de suspense cuyo guión aún no ha sido escrito: corresponde al espectador imaginar su propia historia, valiéndose de ese breve texto que titula o da pie a cada una de las fotografías. Utiliza la artista un tamaño monumental que acentúa el poder cautivador de sus obras, que son paisajes naturales, mayormente bajo la tormenta; casas donde la vida es solo un recuerdo o una emoción de futuro: jamás aparece la figura humana; carreteras de trazado incierto, y la luz dramática de la naturaleza, en ocasiones sobresaltada por una bombilla o una lámpara en la penumbra. Marks Blackwood, nacida en el extremo entorno de Alaska, muy pronto se trasladó con su familia a vivir a Nueva York, donde creció y se formó como artista urbana (graduada en Arte por la Rutgers University de Nueva Jersey), hasta que en 1999 se muda con su actual pareja a la ribera del Hudson, Upstate New York, donde dice que el paisaje ha cambiado su vida. Su estudio y su cámara permanentemente asomados al río, que fotografía sin cesar bajo la luz y las sombras de la noche y el día, siguiendo el paso de las estaciones. De su obra ha destacado la crítica especializada su ambigüedad, que estimula la introspección e interpretación subjetivas, planteando al espectador cuestiones existenciales que probablemente haya querido evitar por temor o por la valentía que requiere su respuesta. Se escondió detrás del árbol, inundada de memoria; era apenas soportable./ Sabía que debía dejar de correr y obligarse a conocer la verdad./ Incluso en medio del terror podía sentir la belleza: son ejemplo de los mensajes que se leen al pie de sus fotografías. Su fotografía se considera conectada al Simbolismo y al Surrealismo. También se ha subrayado, en sus previas y aplaudidas exposiciones internacionales, el concepto romántico de la “extrañeza inquietante” (Das Unheimliche, noción acuñada por el filósofo Friedrich Schelling), que provoca que los actos o escenarios más cotidianos se transformen en episodios oníricos, como sin duda lo son sus paisajes. Esta cualidad intelectualmente romántica y estéticamente emparentada con lo gótico, viene acentuada por las tonalidades y los colores espectaculares de la naturaleza que retrata y que jamás altera en su laboratorio. Juega apenas la artista con su sentido visual, su capacidad discursiva y los encuadres, que refuerza cortando, ensalzando o enmarcando fragmentos por motivos que exige la composición final, donde ella pone el marco, siempre negro, y el espectador, el devenir de la historia que se cuenta.