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Bernardí Roig (Palma de Mallorca, 1965)
Exposición temporal
Vive y trabaja en Madrid y Binissalem (Mallorca). El artista, con una gran proyección internacional en el actual panorama del arte español, empezó su carrera artística de forma autodidacta, como una vía para expresar sus sentimientos e incertidumbres interiores. Diversas estancias en el extranjero, como París o Estados Unidos, le proporcionaron el aprendizaje necesario para dar vía libre a un estilo muy personal, con una base común que es el dibujo, pero abierto a una intensa pluralidad de formatos.
Su trabajo, obsesivo e inquietante, propone una reflexión sobre el aislamiento, la incomunicación y el deseo, y sitúa la representación de la figura humana en el epicentro de su problemática. En la exposición “La cabeza incolora”, que ocupa diversas salas del Centro de Arte Moderno y Contemporáneo de Castilla-La Mancha, se puede apreciar la amplitud del universo creativo del artista, abierto al dibujo, la escultura, la fotografía, el vídeo, la instalación…, así como su capacidad para transformar y transformarse con los espacios de acogida. Su obra dialoga con la de los artistas de vanguardia de la colección permanente, entabla complicidades con la arquitectura y la historia del lugar. “El espacio”, explica Roig, “es la materia prima de mi trabajo. El lugar determina la elección de lo que lo ocupará y a partir de ahí hay que ir abonando lentamente la sintaxis entre el mismo, su memoria y las imágenes que lo van a habitar. Esculturas, dibujos, textos, películas, inéditas, o que ya han sido mostradas, se engastan ahora, por primera vez, juntas en el Convento, y yo soy el primer espectador de las nuevas rozaduras; en ese proceso es donde voy aprendiendo y creciendo”.
Cuatro autorretratos del creador, que se van sucediendo; 365 instantes que discurren de forma ralentizada, componen el Naufragio del rostro, el espectacular montaje que saluda a los visitantes al comienzo del recorrido. Las imágenes fotográficas fueron tomadas entre el 24 de junio de 2013 y el 24 del mismo mes de 2024, a lo largo de un año en el que el artista se situó ante la cámara, una vez al día, siguiendo un mismo ritual; a primera hora de la mañana, con idéntica expresión de seriedad, pero con evidentes variaciones en el aspecto que dan cuenta de la evolución, de las transformaciones que ocasiona el paso del tiempo.
Poco a poco, tras el asombro inicial, en los distintos trechos del camino, se van mostrando las temáticas, las obsesiones, que han ido conformando el discurso del artista a lo largo del tiempo. La sorpresa aguarda al espectador en distintas salas del museo. Figuras y fragmentos de figuras salen a su paso sin previo aviso, haciéndole partícipe de una especie de juego en el que ha de ir encontrándose con las presencias. En la hermosa Capilla de Belén descubre una pieza clave, Autorretrato como espejo, que tanto dice de las búsquedas de Roig, y en la de Santa Fe no le queda más que dejarse cautivar por DSB, escultura realizada en 2018, a tamaño natural, de un hombre totalmente blanco, que, en el centro geométrico del ábside, se apoya en una estructura de contemplación desde la que mira y es mirado, con una luz que le atraviesa la boca y cancela toda posibilidad de habla, de comunicación.
En la sala 4, Cap de’ Alumini (BR), de 2020, una cabeza de aluminio con una larga nariz pulida, que gira lentamente sobre un torno de alfarero y va dejando su sombra, se relaciona estrechamente con el Carpintero, del creador ruso Ivan Kliun, un assemblage realizado en 1915 con objetos encontrados.
A la búsqueda de fricciones, de experiencias, Bernardí Roig ha ido llevando sus pulsiones y sus extrañas, sugerentes imágenes, a museos e instituciones de dentro y fuera de España. En nuestro país, además de los ya citados Museo Lázaro Galdiano (Madrid), Centre Pompidou, Museo Casa Natal Picasso y Colección del Museo Ruso en Málaga, ha expuesto en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid, en el Claustro de la Catedral de Burgos, en el IVAM de Valencia, en los espacios Tabacalera y Sala de Exposiciones Alcalá 31 (Madrid)… En el exterior sus trabajos se han mostrado, además de en la Phillips Collection, en la Catedral de Canterbury, el Kunstmuseum de Bonn, Ca Pesaro. Galleria Internazionale d’Arte Moderna (Venecia) y el Museo Carlo Bilotti, en Villa Borghese (Roma), entre otros escenarios.